Soñó un mundo
de leyes rotas
de límites utópicos.
Escribió los paisajes
los pintó de alegría
con la fuerza de su espada
que pintaba
que escribía.
Recibió admiración
variada pero condensada
en Ella como símbolo
de su mundo creado,
ideado en la vigilia
construido con ladrillos
de un material imposible.
Enfrentó a sus pesadillas
devenidas en monstruos
se rió de ellos
entonces escaparon
avergonzados,
como desnudos.
Despertó por el sol
retomó su camino
recuperado,
esperanzado.
jueves, 4 de noviembre de 2010
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