sábado, 30 de octubre de 2010

Algunas enseñanzas del huracán Néstor.



El hombre y sus posibles

Ya lo veía el maestro de JP Feinmann en el lejano pero cercano 2003, el flaco era sartreano. El contexto le presentaba la oportunidad única de reinventarse, de darse de su propia esencia en el ejercicio de la presidencia que acababa de asumir. Porque, recordemos, para la gran mayoría se trataba de un enorme signo de interrogación, en el mejor de los casos una barrera de contención al regreso de la rata noventista. Y vaya que se reinventó, vaya si atendió el llamado a la acción que le estaba haciendo la Historia. Colmó de contenido y significado su gestión y también la de Cristina. Con el tiempo fue quedando claro que cualquiera que pretendiera cuestionarlo por su pasado (las fotos con Menem o Cavallo, YPF), se iba a encontrar con la infranqueable resistencia de los hechos concretos del presente: los juicios a los genocidas y el cuadro/símbolo de Videla descolgado, el límite a las multinacionales, la integración latinoamericana, el golpe al corazón del imperio con la negativa a formar parte del ALCA.

Se hizo haciendo, cada una de las lágrimas de los que lo lloramos son un genuino producto del conjunto de sus acciones. Fue lo que hizo.

Mística militante


Con Néstor volvió la mística. Se volvieron a leer páginas que en política parecían amarillentas para siempre, sobre todo después de la degradación del 2001. Mística, eso que la derecha jamás tuvo ni tendrá, eso que en este país pareciera ser una propiedad exclusiva del peronismo. Jamás nadie gritó “La vida por Alsogaray” o conjugó la palabra “pueblo” con los apellidos Macri o Lopez Murphy.
Las últimas jornadas de duelo, con el pueblo en la calle, con masiva presencia de la juventud, confirman el regreso de la militancia, la vuelta del compromiso popular con un proyecto que da esperanzas a personas de diferentes procedencias sociales, culturales y políticas.
La percepción de una eterna derrota había hecho que, antes de Kirchner, la militancia o la esperanza en la política, fueran delirios de una mente nostálgica. Eso cambió y parece ser un cambio que llegó para quedarse.

El odio gorila

Los aislados festejos que se hayan podido observar en Recoleta o Vicente López no son otra cosa que la confirmación de que el camino recorrido ha sido y es el correcto. Lo grave sería que eso no pasara, que a los militantes del odio Néstor les fuera indiferente, o peor, que lo vieran con cierto agrado. Lamentablemente hay que aceptar que existen quienes piensan que el país debe ser para unos pocos, que solamente una elite privilegiada merece ostentar todos los derechos. Son una minoría que siempre hay que tener en contra si se quiere cambiar, aunque sea algo, del statu quo.


Corriendo el velo


Le debemos al kirchnerismo poder disfrutar del derrumbe de falsas certezas que produjo la batalla cultural que tuvo lugar en el último tiempo. Enterarnos de que Lanata no era progre, de que las tapas de Clarín no eran la “realidad”, de los infinitos intereses que rodean a los medios de comunicación. Ahora podemos leer entre líneas cada letra, cada punto, cada coma. Se desnudaron las posiciones desde las que cada uno dice lo que dice, el que no lo vea es porque no quiere verlo.


Lo imposible sólo tarda un poco más


Una de las cosas que más voy a recordar de Néstor es su falta de respeto a los límites, al mediocre y conformista “siempre fue así”. Irrumpió como una ráfaga inesperada en el 2003 y nos rescató de la resignación, ese suicidio permanente en el que habíamos caído. Lo dado era una jaula invisible en donde nos habían encerrado los garcas de siempre, los arquitectos de la miseria organizada…hasta que llegó Néstor con la llave en la mano, pero no para abrirla él sino para enseñarnos a nosotros dónde estaba la llave y para que lado había que girarla.


Peronismo reloaded

Cuando parecía que el peronismo estaba condenado a ser tan sólo un sello de goma y una pegadiza marchita musical, apareció Néstor y le volvió a dar el contenido que los traidores le habían extirpado en la década del 90. Porque el peronismo puede ser más de izquierda o de derecha, más o menos progresista, pero lo que no puede hacer es negar sus tres banderas históricas: independencia económica, soberanía política y justicia social. Tres banderas que el kirchnerismo recuperó para el peronismo del siglo XXI, sobre las cuales deberá desarrollarse cualquier proyecto que se diga justicialista.


No te des por vencido ni aun vencido...


Levantarse de las derrotas como un Rocky Balboa de la política, redoblar la apuesta desoyendo cualquier sugerencia de la prudencia: cosas que sólo son posibles mediante la fortaleza de las convicciones y la pasión con la que vivió Néstor.

Esta es una enseñanza que procuraré no olvidar cuando asome la adversidad.


Bob Dylan - Hurricane - 1975
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jueves, 28 de octubre de 2010

Aseveraciones lógico-políticas

Por José Pablo Feinmann

1. Néstor Kirchner no era Perón. 1.1. Perón dejó como sucesores a una Presidenta inepta y a un criminal paranoico. 1.2. Néstor Kirchner compartió su vida y deslizó la presidencia en manos de un valioso cuadro político, de una mujer fogueada y hecha en la gran política. De una mujer de excepcional inteligencia. Se me perdonará esto: pero estudié la carrera de Filosofía y ahí recibí mi título. Dediqué mi vida a la filosofía y a la literatura. Sé cuándo alguien sabe pensar. Ningún presidente de la historia argentina pensó con el rigor y la inteligencia de Cristina Fernández.
2. Perón, al regresar, dedicó sus mayores afanes a perseguir y aniquilar a los jóvenes del peronismo, armados o no. Evidentemente el padre Mugica, asesinado por Rodolfo Almirón de la Triple A, organización construida a la vista (aprobatoria) de Perón, no era un hombre armado ni clandestino. (Menos aún lo mataron los Montoneros, como dicen algunos pérfidos que buscan aliviar las culpas de la Triple A. ¡Valiente tarea, qué cercanos se sentirán a ella!) Tampoco lo era Enrique Grynberg, que manejaba un Ateneo en Saavedra. A Kirchner la muerte lo sorprende en pleno diálogo con la juventud. En plena construcción de una de las cosas que hoy más necesita el justicialismo: la construcción de la militancia territorial. 2.1. Cuando murió Perón, el establishment se asustó, y mucho. Porque el tercer Perón era un guerrero del establishment que, para beneficio y alegría de ese sector con el que tan bien negoció, le estaba haciendo la tarea sucia. 2.2. Con Néstor Kirchner, buena parte del establishment y las clases altas y las clases medias altas festejan jubilosos. Hubo censistas que ya hoy llegaron a casas que estaban con las puertas abiertas y festejando. En muchos hogares, hoy, ya hoy, con el cadáver del ex presidente aún tibio, se festejó con champagne. 2.3. Seguramente también en muchas editoriales. Se podrían dar nombres, pero no es el momento y –además– todos los conocen.
3. El vicepresidente de Perón era su esposa, sumisa, a él y al monje umbandista Daniel, asesinos ambos. La sucesora y compañera de vida de Kirchner es Cristina Fernández. Su vicepresidente es un traidor y ayer le añadió a la traición la mentira, que son hermanas de sangre, que van juntas porque traicionar es mentir y gravemente. Tuvo ayer el exasperado caradurismo de decir que había muerto un gran presidente. ¿Por qué le clavaste un cuchillo en la espalda al proyecto de un gran presidente, Cobos? ¿También esa crueldad, esa torpeza, esa traición al país le hiciste? 3.1. Cristina Fernández es de esos seres humanos que se agrandan ante la adversidad. La verán llorar. ¿Cómo no va a llorar al compañero de una vida? Y como una mujer. O como cualquiera. Cualquier ser sensible lloraría en una circunstancia semejante. Yo, ni lo duden. Lágrimas lacerantes. Pero Cristina es notoriamente fuerte. La desdicha le dará poder. La desdicha la hará todavía más dura en la lucha. No festejen tanto, señores. Acaso ni sospechen lo que tendrán que enfrentar de aquí en más. Por otra parte, si Cristina (se decía insistentemente) carecía de carisma, conseguía adhesiones por su inteligencia pero no por su ternura o por su feminidad o lo que sea. (No creo en esto, pero aceptémoslo.) Ahora, el pueblo verá en ella a la mujer que se quedó sin su hombre. A la mujer sola. A la que sola se las tiene que arreglar. A la que hay que seguir, querer y respaldar para que el país conserve su rumbo. “No se nos puede quebrar”, dirán muchos. “Pobre, qué mala suerte. Perder a un marido tan joven. Tan necesario para ella. Un marido al que tanto quería.” Lloverán las flores y las adhesiones emocionales. Pero hay que transformarlas en militancia. 3.2. Hoy, más que nunca, la militancia juvenil tiene un papel esencial. Al que aparezca con alguna teoría que recuerde a la lucha armada y al foco insurreccional de los ’70 échenlo a patadas. Esas posiciones llevaron a la muerte a una generación entera de militantes a lo largo y a lo ancho de América latina. La lucha militante (la única) es de superficie, de cara al sol, como quería morir José Martí y también como quería vivir y vivió (era porque sabía la belleza de vivir de cara al sol que así quería morir). De cara al sol significa: nada de clandestinidad, nada de armas, se triunfa cuando se transforma el número en fuerza, pero no en fuerza armada. En fuerza militante, territorial, cuando se habla con la gente, cuando hay un proyecto para ser comunicado, un proyecto que convenza al militante y le dé fuerzas para convencer a los demás. Lo esencial del proyecto sigue siendo: la unidad de América latina (el Mercosur, no el ALCA). El fortalecimiento del Estado para que defienda a los débiles ante la voracidad de los monopolios. La diseminación de lo mediático. Lo que significa –tanto aquí como en Estados Unidos y en cualquier país que luche por la democracia de la información– muchas voces que hablen, que tomen la palabra, que informen diferenciadamente si es necesario de la uniformización de la palabra de la unicidad monopólica, que informa desde una sola verdad, la propia. O sea, no informa. Difunde sus intereses. El Banco Central para los intereses argentinos. Orgullo y poder y ni un atisbo de sometimiento ante el FMI y cualquier entidad de la prepotente banca extranjera que busque utilizar al país en la timba de sus intereses. Diálogo a fondo con todos los que quieran dialogar. Unidad nacional en medio de la diversidad. Que esa diversidad no se transforme en antagonismo. O, al menos, que exprese el razonable disenso de la democracia. Basta de odios. Basta de libracos difamatorios. Basta de tapas insultantes. Respeto de las Madres y a las Abuelas de la Plaza de Mayo, que nadie más tenga la inmoralidad de siquiera sugerir que una mujer como Estela de Carlotto (que recuperó para la vida verdadera 102 nietos apropiados por el poder desaparecedor) sea tildada desde una revista hipercomercial de hacer lobby para ganarse el Premio Nobel. Esa es una mentira y una falta de respeto. ¿Rescataron ustedes 102 niños? ¿Qué hicieron ustedes además de querer vender revistas a cualquier precio, aun al precio vil de injuriar a las Abuelas de Plaza de Mayo y a Estela de Carlotto? 3.3. Cristina Fernández no queda sola. Tiene a su alrededor cuadros de gran valía. De gran inteligencia. Voy a dar algunos (sólo algunos nombres): Juan Manuel Abal Medina (h), Marcos Zanini (¡vamos, negro!, ¡respalde a la Presidenta con todo lo que usted tiene y sabe: lucidez política amasada a lo largo de años y polenta), Daniel Filmus, brillante intelectual, Aníbal Fernández, el político jauretchiano: nadie desde Jauretche usaba el humor en la política como él lo hace (y no me vengan con los chismes de letrina de lo que fue o lo que no fue: los hombres, en esta Argentina dramática, importan por lo que son y por lo que hoy están dispuestos a hacer). Y muchos más. Y todos los pibes, que cada vez son más. Y que –contrariamente a lo que les ocurría a los jóvenes desde el ’80 hasta el 2000– hoy le encuentran un sentido a su vida en la militancia, en la política.
4. Todo esto y más también tiene usted, Presidenta, para gobernar este país y llevarlo a buen puerto. No es poco. Eso, unido a su talento, a su fortaleza duplicada por la mala mano que Dios (que, de argentino, disculpen, pero: nada) otra vez nos ha dado, le otorgará a los que ya la apoyaban y a los que de aquí en más verán que apoyarla es la única salida para el país y que, por otra parte, usted lo merece, la decisión de estar a su lado, en esta hora amarga pero también en esta impecable coyuntura en que los bravos, los que no bajan los brazos, los que no se dejan vencer por las adversidades que el destino siempre trae, duplicarán sus fuerzas para tratar, al menos, de estar a la altura de las suyas.

miércoles, 27 de octubre de 2010

Gracias Néstor




Por devolvernos la esperanza
Por no permitir la continuidad del banquete de los miserables de siempre
Por la Justicia
Por la Alegría
Por hacerme volver a creer en la política
Por lo que luchaste
Por lo que hay que seguir luchando

Mi humilde homenaje, que descanses en paz.

martes, 26 de octubre de 2010

Jugar de noche



"casi todos nacen genios y los entierran tontos"
Charles Bukowski


El niño jugaba de noche. Encontraba allí, en su quietud, el silencio que le permitía actuar libremente. Si bien disfrutaba de la calidez que puede otorgar un día soleado, había algo en el día que lo condicionaba. Quizás las rutinas visuales y auditivas le quitaran creatividad y pusieran límites a su capacidad de invención. La cuestión es que cuando no era de noche lo dominaba un profundo tedio somnoliento. Lo curioso del niño era que encontraba diversión en el momento que la mayoría se entrega al descanso: la calma nocturna. Es que el niño entendía que aquella calma era pura apariencia, que había mucho por descubrir en ella. Pero para eso debía adentrarse, profundamente, en la noche. Sus juegos solían comenzar minutos después del anochecer, y mientras transcurrían las horas iba probando distintas variantes de juegos conocidos. Aplicando reglas de un juego a otro totalmente distinto. Así, por ejemplo, el reglamento del juego de damas le era aplicable a la escoba de 15. Diversas mezclas e inventos de los que nacían juegos inéditos. Sus jornadas lúdicas solían extenderse hasta el amanecer, momento en le cual caía desplomado en su cama repleta de juguetes y envoltorios de golosinas.
Sus padres se mostraban visiblemente preocupados. Entendían que los hábitos que estaba adquiriendo su hijo harían de él un ser solitario, con graves dificultades para establecer vínculos sociales con otros niños de su edad. Al ver que estos hábitos eran cada vez más evidentes y que su hijo dormía de día y vivía de noche, decidieron que había llegado la hora de que el chico comenzara algún tratamiento psicológico. Consultaron a distintos especialistas en trastornos infantiles, la mayoría de ellos coincidió en que la mejor opción era la de internar al niño en algún instituto psiquiátrico para infantes. Un tratamiento de este estilo podría asegurarles resultados efectivos en poco tiempo. Los especialistas aseguraban que, de esta manera, se podría reencauzar al niño para que pudiera adquirir las rutinas normales que un chico de su edad debía tener.
A sus padres les costó tomar la decisión, pero al ver que varios familiares y amigos coincidían con el diagnóstico profesional, terminaron por decidirse a favor de la internación.
Cuando le comunicaron al niño que lo iban a internar su reacción inmediata de derramar una infinidad de lágrimas, producto de su incapacidad de comprender que era lo que había hecho tan mal, de no entender a quién le hacía daño con sus juegos nocturnos. Obviamente su reacción empeoró las cosas y sus padres debieron llevarlo por la fuerza al instituto psiquiátrico. El niño permaneció allí, exactamente tres meses y dos semanas. Fue sometido a un tratamiento que combinaba ejercicios físicos matinales, charlas grupales con otros niños que presentaban cuadros similares, somníferos infantiles y juegos limitados en pequeñas dosis para que el aburrimiento no lo hiciera pensar por las noches y así pudiera dormirse tranquilamente.
Al terminar el tratamiento el niño volvió a su hogar. Sus padres se sentían aliviados. Vieron que el sacrificio de estar separados de su hijo por más de tres meses había rendido sus frutos. Ahora, su pequeño se dormía como mucho a las nueve de la noche. Y al constatar que durante el día hacía más o menos las mismas cosas que los hijos de la gente que conocían, sus padres se llenaron de esa tranquilidad que sólo da navegar por rutas conocidas. Una nueva etapa comenzaba en la vida del niño. No se trataba de dejar de jugar, todavía le esperaban varios años de tierna infancia por delante. Le quedaban aún muchos juegos por jugar, aunque ya ninguno por inventar.

jueves, 21 de octubre de 2010

Si el modelo fuera Tosco


Cuántas cosas serían distintas si el modelo de dirigente gremial fuera Agustín Tosco. Ayer y hoy. No hubiese existido la posibilidad de entreguismo que hubo en la década del 90. La idea de un sindicalista empresario sería ficción, un oxímoron irrisorio. Sería imposible la viabilidad de cualquier operación político-mediática que buscara ensuciar al sindicalismo en sí, en tanto factor de poder equiparador del poder avasallador del capital, porque sería imposible que encontrara asidero en el receptor, en "la gente", porque el imaginario cultural dominante sobre el gremialista sería el de un dirigente coherente, incorruptible. No estaríamos lamentando el asesinato de un joven militante que luchaba por trabajadores explotados, a manos de cobardes, que responden a tipos que simbolizan la antítesis de lo que era Agustín Tosco.
Claro que es un tanto utópico pensar que un modelo incorruptible pueda emerger de una sociedad que tiene mucho de corrupta y miserable en su ADN. Pero estamos entregados si no podemos soñar con un cambio de paradigma tan urgentemente necesario.

Mejor que hable Tosco, que el Gringo declare sus principios, y que nos duela la vigencia de algunas cosas que denuncia:

"Por ser un dirigente gremial que responde con la máxima sinceridad y autenticidad al mandato de las bases obreras.
Porque no acudí a mi gremio ni a la CGT a sentarme a calentar sillones, sino que en cuanta asamblea o reunión de trabajadores se hizo, fui con el único nivel que tengo, el de trabajador, a elevar la solidaridad, el apoyo, el estímulo del movimiento obrero a las reivindicaciones y a la acción o la lucha aprobada en cada oportunidad.
Porque jamás hice de cómodo intermediario entre las patronales o el Estado y los trabajadores, arrimando fórmulas de terceros, sino que asumí mi parte obrera sin ningún tipo de componendas ni claudicaciones.
Porque en cada conflicto no me limité a hablar de las estrechas responsabilidades de un patrón o de un funcionario, sino de las amplias e ineludibles responsabilidades presentes e históricas del régimen y del sistema.
Porque cada vez que los trabajadores salieron a la calle no busqué la impunidad de una oficina sino que marché al frente de los mismos.
Porque cuando sufrí persecución y cárcel, amenazas y allanamientos, no corrí a refugiarme bajo el amparo oficial sino que formulé las denuncias, afronté los riesgos y soporté presión, manteniendo mi integridad de espíritu.
Porque cuando los participacionistas de Luz y Fuerza de Buenos Aires sancionaron con la suspensión injusta y arbitraria a mi gremio los desenmascaré ante el país como apéndices del sindicalismo amarillo y cómplices de la penetración del imperialismo yanqui en Argentina.
Porque siempre viví de mi trabajo o de la sagrada solidaridad de mis compañeros cuando estoy preso, y siempre repudié a los profesionales del sindicalismo, muchos enriquecidos con el sudor y las lágrimas de sus propios hermanos de clase.
Porque proclamo, porque trabajo y porque lucho para cambiar el sistema.
Porque denuncio a esa minoría que vive en la holganza, sentada sobre una montaña de privilegios, de poder y de placeres, mientras hay millones que sólo pueden subsistir en un abismo de miseria, explotación, de sacrificio, padeciendo las más negras necesidades nunca satisfechas.
Por todo eso dice Lanusse que soy un perturbador del orden y la paz social"


(Respuesta desde la cárcel al presidente de facto, Gral. Lanusse, quién había afirmado que en el país no existían presos políticos sino "perturbadores del orden y la paz social")


Si el modelo fuera Tosco viviríamos, sin dudas, en una sociedad más justa.


jueves, 7 de octubre de 2010

Calamaro le responde a una "metáfora" lamentable


En el Clarín de España (El País), salió publicada la siguiente nota firmada por John Carlin y Carlos Pierini. Un periodista y un psicólogo que encontraron la clave de todos nuestros problemas: el maradonismo. Se trata de un canto al prejuicio y a los lugares comunes del medio pelo gorila (siempre tan funcionales y genuflexos a la derecha, porque si el ¡que la chupen! maradoniano simboliza al populismo, bien podría a ellos representarlos un posible ¿se la chupo señor Blatter? pelelista).
El genial Andrés les responde en su blog, dibuje maestro:

No voy a dejar pasar (por alto ni por bajo) el lamentable episodio de “realismo magico y manipulación de la opinion” que por poco nos amarga la tarde a los fortyniners del grupo ; tenemos memoria, tenemos cayo politico y tenemos suficiente cabeza, para saber lo que leemos y lo que decimos ; recordamos las anteriores argentinas y ademas conocemos bien España, claro que repudiamos la parcialidad perversa, el “olvido” manipulante del expolio de 500 años de imperio, aunque bastaria con hacer 15 años de memoria ; para hablar en metáforas seria mas elegante meditar con una estampita de Jesús Gil y los alacranes marbellies, los gürteles peperos de valencia, el gangster zaplana, el juez garzon expulsado de la justicia (que injusticia), y la excecrable transicion de aquellos que pagan el sueldo de los miserables Carlin y compañía, fomentando el anticomunismo rabioso, adulterado por bellas editoriales en la contraportada, complices de todo, socios carnales de La Nacion que enarbola el pensamiento en accion de Martinez de Hoz y los editorialistas de los domingos, manjar de la garcocracia mas rancia, complices tambien de nuestra miseria, del hambre que sufren argentinos, del expolio interminable, autores ideologicos de los baños de sangre ordenados por Kissinger (premio nobel de la paz) … ver para creer , la metáfora es Maradona, nuestro orgullo argentino, un mago de alegrias deportivas, un hombre que sabe sufrir y disfrutar de su nieto, desintoxicado y sensible … (ya que estamos sumemos a la metáfora la competencia de memos entre los principales actores de la política presidencial estatal, la vuelta de tuerca de las politicas sociales y el sospechosos encefalograma amoral del principe bobo de la oposición … (continuaremos)…. Creame amigo que estoy blindado para (parar) balas del antipensamiento reaccionario de los egresados de la FelFort University ; aquellos culoblandos ultra-caretas, comodos en el entierro de las ideologías y enemigos de la memoria ; boludas totales, conchetas, giles de goma, buenos para nada, obvios … entretenidos con destacarse solo por el miserable asunto de oponerse a todo …
Que gasten huellas digitales (es lo unico propio que tienen) en decirme “falopero” y las mismas pelotudeces, las unicas que tienen para enfrentar un pensamiento independiente y libre.