domingo, 25 de noviembre de 2007

El velo gregoriano


Principio Maya: “Justo como el aire es la atmósfera del cuerpo, así el tiempo es la atmósfera de la mente. Si el tiempo en el que vivimos consiste en días y meses desiguales regulados por minutos y horas mecanizadas, en eso es que se convierte nuestra mente: una irregularidad mecanizada. Quien es dueño de tu tiempo, es dueño de tu mente. Sé dueño de tu tiempo y conocerás tu propia mente.”

De todas las suposiciones y criterios no cuestionados en que basamos y graduamos nuestras vidas cotidianas como seres humanos en el planeta Tierra, el mayor y más profundamente no cuestionado es, con mucho, el instrumento e institución conocido como calendario gregoriano.
La duración del año solar es actualmente reconocida en 365,24199 días. El calendario gregoriano divide esa duración en 12 meses desiguales – cuatro meses de 30 días, siete de 31 días y uno de 28 días. En el calendario gregoriano, el cuarto de día acumulado se maneja insertando un 29 de ferbero cada cuatro años. Vemos que no hay relación lógica o científica entre la duración exacta del año y el uso del calendario gregoriano para medir y dividir esa duración.
Por contraste, un modo mucho más fácil y más lógico de dividir el año solar sería en trece meses de 28 días con un día extra, libre.
Sin embargo, el calendario gregoriano es considerado como el instrumento más perfecto para dividir el tiempo, y se utiliza en todo el mundo como patrón oficial. Aunque los calendarios basados en las lunaciones del Islam, los Hindúes, los Hebreos y los Chinos aún son empleados con propósitos religiosos o rituales, en los asuntos económicos y políticos cotidianos el calendario gregoriano prevalece a lo largo y ancho de todo el planeta.
Toda autoridad otorgada a este calendario es, realmente, una lealtad hacia un viejo artificio medieval cristiano del tiempo. La autoridad de este artificio es mantenida por el Vaticano.
Los 12 meses del calendario gregoriano, irregularmente numerados e irracionalmente denominados, surgieron como resultado de una Bula Papal emitida por el Papa Gregorio en 1572 e implementada en Octubre de 1582. El contexto histórico en que este calendario se transformó en patrón fijo, es de la mayor significación. El poder europeo, instigado por la codicia material adquisitiva y la necesidad de la Iglesia de reunir todas las almas bajo su cruz, literalmente se había enancado en el globo. A partir de entonces, nadie podría recibir las "bendiciones" del Cristianismo sin recibir también el calendario gregoriano.
En Europa misma, el calendario gregoriano tuvo éxito en el preciso momento en que estaba lográndose la mecanización final del tiempo. Para 1600, el año de 12 meses y la hora de 60 minutos se habían transformado en el patrón establecido del tiempo.
De este modo, acompañando y dando forma a los mismos orígenes de la ciencia materialista moderna, estaba la codificación final de la frecuencia de tiempo tridimensional : 12:60. Ni que decirlo, la autoridad y el impacto de esta frecuencia de tiempo nunca fueron cuestionados, y mucho menos comprendidos. No obstante ser perseguidos por la Iglesia, hombres como Kepler y Galileo no cuestionaron la autoridad del calendario. Y así ha sido virtualmente con todos los hombres y mujeres de ciencia aceptan este calendario según el cual viven, sin cuestionarlo.
El calendario gregoriano es un hechizo hipnótico que mantiene ocultos todos los asuntos irresolubles de la historia, en su ilógica secuencia de días, semanas, meses y años. Seguir este calendario sólo puede conducir al lugar donde hoy nos hallamos: una época de apocalipsis, donde el desastre, la ignorancia y el error se autoperpetúan en una insensatez demoledora.
Nadie ha considerado nunca los efectos de la frecuencia o norma del tiempo bajo la que vivimos, ni se nos ha dado la oportunidad de considerar "¿qué si..."?" Sí, ¿qué si viviéramos bajo una norma de tiempo diferente? Pregúntenle al aborigen australiano, el morador de la selva amazónica, el americano nativo en la "res" (reserva), qué sucedió con su tiempo y pronto verán por que es de interés del G-7 y el Vaticano mantenerlos confundidos.
El calendario gregoriano está basado en el modelo original babilónico que sustituyó una medición del espacio por una medición del tiempo. El tiempo no es espacio. El tiempo es de la mente. Se usó un círculo en una superficie plana dividida en doce partes de 30º como modelo para el calendario anual. Un círculo en una superficie plana tiene 360 grados (30 x 12). Una órbita anual de la Tierra alrededor del Sol suma 365¼ días. La medida del tiempo según la norma del círculo en una superficie plana es irregular, arbitraria e irracional. Como es la medida del tiempo, así es la medida de nuestra mente.
En 1582 , cuando el Papa Gregorio XIII quitó diez días al calendario juliano y ordenó la versión final del calendario babilónico, el reloj mecánico alcanzó su perfección final. Usando el mismo círculo en una superficie plana de 12, el reloj duplicó el 12 a 24 horas y los 30 grados a 60 minutos por hora.
El reloj mecánico que duplicó la medida, la frecuencia artificial de tiempo 12:60 quedó instituida como la condición mental irregular y mentalmente aceleradora de la raza humana, separando a ésta del resto de la naturaleza. Entonces, sumada a impuestos, guerras y gobiernos, estaba la máquina.
Ajustando nuestro ritmo biológico a la acelerada frecuencia de la máquina artificial de tiempo 12:60, los humanos comenzamos la aceleración de nuestra propia actividad biológica, con la consiguiente bomba de tiempo de la superpoblación.
El dinero es el poder adscripto a dios, que es adorado y temido por todos. El "In God We Trust" (En dios confiamos) inscripto en el billete de la moneda estadounidense es la evidencia del dogma de que "el tiempo es dinero" y de que el dinero es el socio más confiable de dios.
Mientras la frecuencia de tiempo 12:60 mantenga su momentum inerte, la máquina sólo puede multiplicarse y propagarse, requiriendo un acelerado aumento de los humanos a ser devorados y los recursos naturales a ser derrochados.
Solo aboliendo el calendario gregoriano de 12 meses y reemplazándolo con el calendario de 13 lunas biosféricamente exacto, las bases del dogma "el tiempo es dinero" serán destruidas...

El tiempo es la cuarta Dimensión - J. Arguelles

Gracias Guillermina por tu apoyo al Postmisticismo desde la primera hora y por acercarnos material de verdad ancestral maya.

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