martes, 30 de junio de 2009

La única lucha que se pierde es la que se abandona

En un intento de abrir el juego de la discusión sobre distintas lecturas de las últimas elecciones dejo algunas reflexiones propias que no coinciden en su totalidad con la entrada anterior.
No creo que todo sea tan terrible, ni tan simple.
Siendo coherente con mis más profundas convicciones no puedo desestimar el voto del pueblo. No se puede pedir el respeto por la voluntad popular sólo cuando ésta coincide con mis pensamientos y de no ser así tratar poco menos de idiota al pueblo. De ahí al voto calificado estamos a un paso.
Entiendo lo sucedido en la Provincia de Bs. As como una interna abierta del PJ, donde hubo lealtades y traiciones (sólo así se explican los errores de boca de urna, el triunfo de algunos intendentes donde perdió Kirchner y otras sorpresas). Por "dos puntitos" ganaron los barones duhaldistas, ayudados por los chacareros. En Capital la situación fue otra. Más allá de que Maurizio se quiera vender como ganador, la realidad es que en 2 años perdió 30 puntos porcentuales (que es mucho más que el 30%), a ese ritmo en 2011 no llega ni al 1% (sólo una ironia). El oficialismo no logró unir a todo el progresismo porteño detrás suyo y surgió otra sopresa: Pino Solanas. El voto a Pino es, en parte, un voto sin riesgo, muy atractivo para el electorado progre-cool porteño que seguramente lo decidio en alguna reunión de "fen jui" o "tai chi". También lo acompañaron muchos compañeros, que en parte fue un mensaje al gobierno de pedido de mayor profunidzación y una intentona de dejar afuera a Carrió así como mostrar descontento por la elección de Heller. Además lo votaron, claro está, sus militantes que lo siguen desde hace tiempo y que son muy respetables. Pero es obvio que no se sacan 24 puntos en Capital estando sólo.
Ésto en los dos distritos más grandes del país, luego habrá que evaluar que sucedió en cada provincia, en cada pueblo, en cada barrio. Lo cierto es que el oficialismo ganó a nivel nacional y que además de los pro derechistas, también lograron un fuerte apoyo popular varios hombres respetables del progresismo, de la centro izquierda que piden al gobierno mayor profundización y espacio.
Respetemos la voluntad del pueblo, defendamos la democracia.
En momentos de tragos amargos recordemos a los mártires de la resistencia, a las abuelas y madres de plaza de mayo, aprendamos de aquellos que han mordido el polvo y sin embargo con más fuerza se han levantado para dar batalla a la gran bestia.
La lucha por una sociedad justa, libre y soberana no es una lucha de elecciones, es una gran lucha de generaciones!.
El hecho maldito del país burgués no muere por "dos puntitos".

1 comentario:

espifanía dijo...

Celebro la apertura del juego de la discusión en el interior mismo del postmisticismo. Esto demuestra la pluralidad de nuestro espacio. Espero se sumen más personas a través de los comentarios.
Sólo quisiera realizar algunas aclaraciones con respecto al post anterior, ya que quizás alguna idea fue malinterpretada:
De ninguna manera la idea es faltarle el respeto a la voluntad popular. Eso lo dejamos para los biolcatti y compañía que quieren terminar gobiernos antes de lo estipulado constitucionalmente. Pero una cosa es respetar la democracia (tema con que estoy muy de acuerdo) y otra cosa es callarse lo que genera el voto de una sociedad en su mayoria desmemoriada y manipulada por los grandes medios (digo esto porque no creo que la mayoría de los votos de la derecha provengan de personas con pensamiento liberal)
Justamente por esto último es que me referí a "caminos alternativos en pos de una revolución cultural...", lo cual está en las antipodas de querer un voto calificado, ya que la revolución cultural debe empezar justamente desde las bases. Lo que creo es que sin un cambio cultural profundo nuestra lucha va a tropezar con la misma piedra una y otra vez (descuento que nos vamos a levantar siempre, tarde o temprano, pero quizás podamos no caernos nunca más). Y pienso hay que trabajar mucho a largo plazo, desde la política, y también desde estos caminos alternativos a los que me referería. Un buen ejemplo han sido los anarkistas en Catalunya antes de la venida de Franco, quienes primero generaron conciencia en las personas a través de un fuerte trabajo cultural y luego llegaron al poder.