"El ciudadano es el hombre domesticado, el miembro de las instituciones, el que identifica sus necesidades con las necesidades de la comunidad según las determinaciones de la mayoría.
El individuo es un hombre revolucionario, superior a todos los imperativos sociales, políticos y morales, que se fija como propósito la búsqueda de su verdad personal. Yo no tengo las dotes que contribuyen a hacer un buen ciudadano. La libertad es la primera y más elevada condición para mí. En mi país, la gente no se preocupa demasiado por la libertad, sino por las libertades: un poco más, un poco menos, según el punto de vista de sus partidos.”
Henrik Ibsen - Dramaturgo noruego -.
Recordar estas reflexiones nos invita a pensar sobre nuestro lugar en la sociedad. Es un pequeño homenaje a un gran revolucionario. Sus últimas palabras fueron: por el contrario...
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