Bruma en la noche. Nocturnidad. Efímera inspiración de la naturaleza, madre y amiga... novia y hermana. Oscuro abrigo a las angustias matutinas, la noche cobija almas enfermas, tristes de luz.
Encandilados de verdad caminamos a oscuras hacia la nada, linterna en mano... recorremos el desierto existencial, con el desconsuelo natalicio.
Despertar de los sentidos, luto racional. Plantas benditas manejan el timón... como río de serpientes anuncian palabras ya dichas... escritor de mi propio final, resuelvo mi destino.
Noches para olvidar en el cajón de los recuerdos, final anunciado de placeres dionisiacos prohibidos por aquellos custodios de la moral y lo permitido, olvidaron la ética hedonística del placer por sí mismo.
Brindo por todos, con nadie... y contigo... salud salmón, amigo!
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