domingo, 23 de octubre de 2011

No te des por vencido ni aun vencido


2011
 
¡Avanti!

                                         Si te postran diez veces, te levantas
otras diez, otras cien, otras quinientas:
no han de ser tus caídas tan violentas
ni tampoco, por ley, han de ser tantas.
Con el hambre genial con que las plantas
asimilan el humus avarientas,
deglutiendo el rencor de las afrentasse formaron los santos y las santas.
Obsesión casi asnal, para ser fuerte,
nada más necesita la criatura,
y en cualquier infeliz se me figura
que se mellan los garfios de la suerte...
¡Todos los incurables tienen cura
cinco segundos antes de su muerte!

¡Piu Avanti!

No te des por vencido, ni aun vencido,
no te sientas esclavo, ni aun esclavo;
trémulo de pavor, piénsate bravo,
y arremete feroz, ya mal herido.
Ten el tesón del clavo enmohecido
que ya viejo y ruin, vuelve a ser clavo;
no la cobarde estupidez del pavo
que amaina su plumaje al primer ruido.
Procede como Dios que nunca llora;
o como Lucifer, que nunca reza;
o como el robledal, cuya grandeza
necesita del agua y no la implora...
Que muerda y vocifere vengadora,
ya rodando en el polvo, tu cabeza!
 

 2010

 2009

 2008

Hoy Cristina lo dijo muy claro: la fuerza de la voluntad y las convicciones.Con eso, todo es posible. No hay mucho más secreto que ese. Esta noche siento un inmenso orgullo por haber formado parte de aquella "minoría intensa" que resistió el poder de fuego las corporaciones mediáticas, que se animó a decir lo que pensaba cuando insinuarse kirchnerista era un crimen moral y te valía peleas con familiares, amigos, conocidos y hasta con una vieja en la cola de un supermercado.

Hoy nos toca a nosotros. 

Hoy soy demasiado optimista. Empiezo a creer que en este país no siempre ganan los hijos de puta.


viernes, 16 de septiembre de 2011

Sartre: El existencialismo es un humanismo




Estamos condenados a ser libres. Esta frase de Sartre condensa muchos de los conceptos vertidos en “El existencialismo es un humanismo”, una conferencia surgida por la  motivación de defender su doctrina filosófica (el existencialismo), de las críticas de  principalmente dos sectores: el marxismo y el cristianismo.
¿Por qué estamos condenados a ser libres? Básicamente porque el hombre es libertad, si bien es la suma de todos sus actos individuales hasta el momento; también es proyecto, está siempre por hacerse, abierto a sus posibles. Para una mejor comprensión de este punto es útil acudir a la máxima del existencialismo: La existencia precede a la esencia, la cual quiere decir que no hay un “molde” preexistente al que el hombre debe ajustarse, por el contrario, la esencia se elige en cada acto, la esencia no es algo que está dado sino que es algo que el hombre se da a si mismo a través de la elección. De aquí  también se desprende el motivo por el cual ningún hombre pueda juzgar al otro: no hay un molde patrón de hombre con el que sea posible comparar y, posteriormente, juzgar. 
Una de las críticas que se le plantearon a Sartre fue que el existencialismo conducía al quietismo, producido por la desesperación (producto de  la ausencia de una naturaleza humana a la que atenerse). Pero el existencialismo busca lo contrario, se trata de un llamado a la acción, siendo cada hombre lo que él hace y  siendo, a través del acto libre, el responsable ético de su existencia. Es que en el existencialismo no encontraremos una moral que establezca a priori lo que debe hacerse, será el hombre quien elija su propia moral.
Otro de los planteos que se le hace a Sartre es que el existencialismo parte de la subjetividad pura, del cogito cartesiano, lo que no hace posible captar a los hombres que se encuentra fuera del yo.  Sartre responderá a esta objeción a través de un cogito reformulado, en donde doy cuenta de mi existencia a través del otro. Aquí, a diferencia de  lo que ocurre en el  yo pienso cartesiano, no es posible un yo sin un tú. El otro es condición necesaria de mi existencia. En este mundo, que Sartre llamará la intersubjetividad, el hombre, al decidir lo que es, decidirá también lo que son los otros.
El  hombre es libertad, por lo que no podrá querer otra cosa que su libertad, y al luchar por ella también lo estará haciendo por la dignidad y el concepto de hombre. Entonces, si como hombre, busco y  quiero mi libertad, no puedo sino querer y buscar también la libertad del Otro. 

martes, 6 de septiembre de 2011

Nuevos gemidos para el show







No fue el show mejor organizado en comparación con anteriores. Ahora bien, tengamos en cuenta el contexto, entendamos que se trata de una producción independiente, la cual debe contener a las miles de almas que se acercan al lugar elegido. Sí, me sentí más a gusto con la organización en Tandil, pero valoro que se busquen nuevos espacios para las misas, aún cuando esta vez la apuesta no haya salido del todo bien.


Indio despierta la pasión y admiración de muchos, la envidia de pocos y la indiferencia de casi nadie. Como todo gran artista popular, se le buscan contradicciones hasta en los colores de las camisas que usa. A veces, un gran ejercicio puede ser olvidarse por un rato de quien estamos criticando y ver que es lo que hay. Por ejemplo: ¿Cuántos artistas de la talla del Indio quedan en el país? ¿Cuántos siguen produciendo una obra de alta calidad como la que nos ofreció Solari en su último disco?


A las sensaciones más íntimas no las eclipsan problemas de sonido, ni las largas caminatas hasta llegar al estadio. Cualquiera de los que somos habitúes de estas fiestas, sabemos que son cuestiones a las que podemos estar expuestos. Sería ingenuo de nuestra parte esperar las comodidades que puede tener un show en River organizado por algunas de las grandes productoras que oligopolizan el negocio de los recitales. Esto no quita que, seguramente, se habrá tomado nota de los errores y se corregirán para la próxima, que ojalá sea en Tandil, tal como se rumorea.


Cuando escucho los clásicos versionados por los fundamentalistas me da la sensación de escuchar a los redondos con sonido del futuro, sigloveintiunizado. De los temas nuevos el que mejor sonó fue Ceremonia durante la Tormenta, que es un temazo. Con respecto a la lista de canciones coincido con los muchachos de Mundo Redondo, me hubiese gustado alguna sorpresita más, alguna joya de los inéditos como se hizo en su momento con El regreso de Mao.


El pueblo ricotero volvió a dar cuenta de su madurez y se portó muy bien. No se vieron bengalas, ni siquiera con el mítico Juguetes Perdidos. Estoy convencido de que, además de la madurez del público, influye mucho la situación del país, ya no estamos en los 90 donde un recital de los redondos era la excusa perfecta para descargar tanta rabia y bronca contenida, producto de un modelo económico político y social que no paraba de excluir personas, de generar pobreza y de quebrar ilusiones. Ya lo dijo Indio antes de cantar ese himno a la nostalgia del viajero que es To beef or not to beef: "¿Vieron que había que quedarse aquí? No están bien las cosas en el resto del mundo".



sábado, 27 de agosto de 2011

No hagamos boludeces


No hagamos boludeces. Cuidemos, atesoremos uno de los últimos refugios que le quedan a nuestras almas, tan globalizadamente banalizadas.

No hagamos boludeces. Vamos a entregarnos a la embriaguez de una fiesta única, hagamos que dure el mayor tiempo posible, no aceleremos una despedida que apuñalaría corazones.

No hagamos boludeces. Ahí, en ese instante, en esa combinación de coordenadas espaciales y temporales, somos hermanos, auténticamente hermanos. Cuidémonos entre todos.

No hagamos boludeces. Una multitud se compone de la suma de individuos, si cada individuo se hace cargo de lo que le toca, si cada uno se hace responsable de sus actos, la multitud no se equivoca jamás.

No hagamos boludeces. Nos lo pide alguien que lleva muchos años regalándonos pura magia en momentos suspendidos en el tiempo, haciéndonos sentir jodidamente vivos. ¿Podremos ser tan pelotudos como para defraudarlo?

No hagamos boludeces. Dale, vamos a celebrar sin un puto incidente. Por el Indio, por Nosotros, por la Magia.


viernes, 19 de agosto de 2011

Un lugar

Me bajo, desesperado, del bondi que al fin me lleva a ese lugar del que me separaban kilómetros, millas, dólares, pesos, obligaciones, fronteras, pasaportes, pasajes, años, meses, semanas, promesas, personas, relaciones, tristezas, alegrías, temores, perezas. Hasta hoy. El sol me recibe con sus caricias de invierno cálido, vanidoso y mentiroso. Pienso, por un instante, en el desperdicio de vegetar en el país de los domingos grises. Luego, simplemente dejo de pensar. Descubro entonces que mi cara es capaz de escuchar al viento. Mis manos sueltas, desprejuiciadas, sucias y limpias, purificadas por la sal, dejan escapar un puñado de arena blanca. Tomo la decisión de hundirme en el gran abismo color turquesa. Soy una nada que nada en el todo hasta fundirse en una especie de absoluto. Salgo por un rato. Llegan acordes del este, alegres, latinos, los seguiría, pero son ellos quienes me siguen. Se me ocurre que, en este preciso instante, yo sería un un plato codiciado por cualquier caníbal que se precie de tal, estoy saborizado por una atmósfera desmesuradamente alegre. El hecho de devorarme ameritaría descorchar un vino de antiguas y memorables cosechas.
Mi espalda se desploma en los relieves que ofrece la primera de una serie de palmeras dispuestas en perfecta geometría. Me entrego por completo a la belleza. No espero nada, lo tengo todo.